«¿Qué es la belleza?», «No puedo definirla, sin embargo, hay cosas que he ido descubriendo: la Belleza nos emociona cuando la percibimos, es algo especial. La Belleza está encarnada por ejemplo es una escultura, un sonido, unas letras; es una relación, está viva. La música para mí es un medio muy especial para llegar a la belleza».

Así empieza el diálogo en la parroquia San Pablo VI en Móstoles, entre Pedro Alfaro, músico, compositor y fundador de Musical Thinkers y el párroco Julián Lozano, con motivo del encuentro "la Belleza (de la música) salvará el mundo"

La música ha marcado la vida de este joven compositor, criado en una familia de ochos hermanos, sus padres dieron a todos sus hijos la oportunidad de tocar un instrumento y él eligió el violonchelo; gracias a un maestro, muy importante en su vocación musical, descubre que la música es matemática porque el tono del sonido varía en función del numero de vibraciones por segundo. Pero la música es más: es también armonía, la música son sonidos que surcan el silencio o como silencios que surcan el sonido. Pedro explica que la música es un lenguaje universal porque acerca a gente de cualquier lugar, a personas no creyentes y de repente se reconocen dentro algo universal que les atrapa. De aquí introduce un tema interesante «¿Qué sucede cuando unes la belleza y la fe?», es decir, buscando la belleza encuentras un camino y si lo recorres encuentra la salvación porque “La belleza te devuelve a la verdad de la vida, de tu vida”; esta fue su experiencia. Y sigue «Para que la belleza te salve necesitas a la iglesia que es el lugar donde se encarna esta Belleza. La Belleza es Cristo muerto y resucitado. Así que lo único que puedo hacer es arrodillarme con humildad porque la Belleza es un Misterio tan grande».

Pedro Alfaro termina dedicando al público una pieza a Nuestra Madre: Ave María de Schubert.